Reducción de los riesgos de contaminación del aire comprimido en plantas de alimentos

Cualquier instalación moderna de fabricación de alimentos emplea ampliamente el uso de aire comprimido en la planta. Tan común como esto es, los peligros potenciales asociados con esta poderosa utilidad no son obvios ni aparentes. La legislación sobre higiene alimentaria destinada a proteger al consumidor impone el deber de diligencia al fabricante de alimentos. Por esta razón, muchas empresas a menudo diseñan sus propios estándares internos de calidad del aire basándose en lo que piensan o les han dicho que son las “mejores prácticas”. Esto no es de extrañar, ya que las colecciones publicadas de Buenas Prácticas de Fabricación (GMP) relacionadas con el aire comprimido son nebulosas y difíciles de atravesar. Es comprensible que esto haya dado lugar a una diferencia significativa en la calidad del aire comprimido utilizado en toda la industria, existiendo diferencias importantes incluso en plantas propiedad de la misma empresa. El objetivo de este documento es ayudar a que todo tenga sentido.